Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas mis senderos. Estoy
trabajando, aunque no reconozcas Mis obras. No soy una visión extraña.
No soy un misterio. Sólo en el silencio absoluto, más allá del “yo” que
aparentas ser, puedes conocerme, y entonces sólo como un sentimiento y
como fe.
Sin embargo, estoy aquí contigo. Sin embargo, te oigo. Sin embargo te
contesto. Cuando me necesitas, estoy contigo. Aunque me niegues, estoy
contigo. En los momentos en que más solo crees encontrarte, Yo estoy
contigo. Aún en tus temores, estoy contigo. Aún en tu dolor, estoy
contigo. Estoy contigo cuando oras y cuando no oras. Estoy en ti, y tú
estás en Mí. Sólo en tu mente puedes sentirte separado de Mí, pues sólo
en tu mente están las brumas de “lo tuyo” y “lo Mío”. Sin embargo, tan
sólo con tu mente, puedes conocerme y sentirme.
Vacía tu corazón de temores ignorantes. Cuando quites el “yo” de en
medio, estoy contigo. De ti mismo no puedes hacer nada, pero Yo todo lo
puedo. Yo estoy en todo. Aunque no puedas ver el bien, el bien está
allí, pues Yo estoy allí. Estoy allí. Sólo en Mí, tiene el mundo
significado. Sólo en Mí, toma el mundo forma. Sólo en Mí, el mundo sigue
adelante. Soy la ley en la cual descansa el movimiento de las estrellas
y el crecimiento de toda célula viva. Soy el amor que es cumplimiento
de la ley. Soy seguridad, Soy paz. Soy unificación. Soy la ley por la
cual vives. Soy el amor en que puedes confiar. Soy tu seguridad. Soy tu
paz. Soy uno contigo. Yo Soy. Aunque falles en encontrarme. Yo nunca
dejo de encontrarte. Aunque tu fe en Mí es insegura, Mi fe en ti nunca
flaquea. Porque te conozco, porque te amo, mi bien amado, estoy contigo.
Dios.
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