Un
día Nelson, cansado de tanto problema, decidió darse por vencido
renunciando a su trabajo, a su relación, a su entrega al Señor, incluso
quería renunciar a su vida.
Desesperado se fue al bosque, pretendiendo tener una última charla con Dios:
"Dios!!!!",
exclamó: "¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?" la
respuesta a su pregunta fue: “Mira a tu alrededor, ves el helecho y el
bambú?" - "Sí"- respondió, Dios dijo:"Cuando sembré las semillas del
helecho y el bambú, las cuidé muy bien, les di luz, agua. El helecho
rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió
de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo
año el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada
creció de la semilla de bambú. Pero, no renuncié al bambú. En el tercer
año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié."
continuando, dijo:"En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la
semilla de bambú. No renuncié; Luego en el quinto año un pequeño brote
salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy
pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a
más de 100 pies de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces.
Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para
sobrevivir” Dios para finalizar le dijo:"No le daría a ninguna de mis
creaciones un reto que no pudiera sobrellevar, ¿Sabías, hijo mío, que
todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando
raíces?, si no renuncie al bambú...nunca renunciaría a ti. No te
compares con otros!!, El bambú tenía un propósito diferente al del
helecho, sin embargo, ambos eran necesarios para darle vida al bosque.
Tu tiempo vendrá,” le dijo: "¡Crecerás muy alto!" - Nelson pregunto:
"¿Qué tan alto debo crecer?"; “¿Qué tan alto crecerá el bambú?" Le
preguntó en respuesta.”¿Tan alto como pueda?" Indagó – "Sí", solo te
pido “Dame Gloria al crecer tan alto como puedas".
Nelson,
despertó acostado en la grama en medio del bosque, asombrado de haber
tenido una conversación con el Señor, en sus sueños!. Dejó el bosque
exaltado, con nuevas fuerzas, su perspectiva era otra, vivió feliz por
el resto de sus días, a pesar de tener tantas preocupaciones.
Quizá
si conociéramos aunque sea una parte de los planes que Dios tiene para
nuestras vidas, fuéramos un poco obedientes, renegáramos menos,
recibiéramos con una sonrisa los problemas; si tuviéramos la convicción y
la certeza que Dios nos ha llamado por nuestro nombre y que nos ama
desde antes que naciéramos; quizá estuviéramos en otras circunstancias,
viviéramos con mucha paz nuestro día a día.
Nunca
te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad.
Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para necesitar
de Dios y vivir bajo sus mandamientos.
Josué 1:9 “Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque soy el Señor tu Dios que estará contigo a donde quiera que vayas”
Dios te bendiga siempre!!!
Por:Sandra Ramirez
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